Pyongyang, siempre en alerta

Es uno de esos países que no deja indiferente a nadie. Presente en los medios de comunicación de medio mundo por su hackeo a la empresa Sony por el estreno de la película The Interview y por tender la mano a su archienemigo Seúl, lo cierto es que Corea del Norte sigue siendo un gran desconocido. Hoy nos adentramos en el país más hermético del mundo.

La República Popular Democrática de Corea, o lo que es lo mismo, Corea del Norte, se encuentra en el continente asiático, en la parte septentrional de la Península de Corea, mientras que la parte meridional está ocupada por su vecina Corea del Sur. Al norte limita con China, al noroeste con Rusia y al este con el mar del Japón.

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Las dos Coreas no siempre estuvieron separadas. Unificada en el siglo X, anteriormente estuvo dividida en tres reinos. A partir de esa centuria, Corea vivió una etapa de tranquilidad relativa, donde su aislacionismo ya era patente. Sin embargo, en el siglo XIX se convirtió en objeto de deseo de los japoneses, que consiguieron anexionarse la región en 1910, que estuvo bajo su control hasta el final de la Segunda Guerra Mundial.

Tras acabar el conflicto bélico, la URSS se adueñó de la parte que se hallaba al norte del paralelo 38 y EE.UU de la parte sur. Las diferencias políticas de ambos países marcaron dichos territorios y su forma de hacer gobierno. Las dos Coreas se vieron con el derecho de unificar toda la península bajo su mando. Finalmente, la guerra estalló en 1950, cuando los norcoreanos invadieron Corea del Sur. Tras un conflicto en el que participaron EE.UU y China, se firmó un armisticio en 1953, aunque no se trata de un tratado de paz; de hecho, técnicamente puede decirse que siguen en guerra. Desde entonces, Seúl y Pyongyang han estado viviendo en un tira y afloja constante con tratados, reuniones y provocaciones por parte de los dos países.

Panmunjom

Corea del Norte es un régimen comunista cuya base ideológica es el juche, creado por el líder eterno norcoreano Kim Il Sung y cuya idea principal es que los hombres y las mujeres son los responsables de su destino y que cada uno de ellos está comprometido con la revolución. Defiende la autocracia y la independencia respecto a otros países y exalta sus propios símbolos nacionales. El país asiático es el único régimen comunista hereditario del mundo; actualmente, su presidente es Kim Jong-Un, nieto del llamado líder eterno Kim Il Sung, que gobernó desde 1948 hasta 1994 e hijo de Kim Jong-Iil, quien estuvo en el poder hasta 2011.

Aunque es un país muy hermético, es posible visitarlo. Actualmente, varias agencias de viajes (entre ellas, algunas españolas) ofrecen esa opción por menos de 2000 euros. Sin embargo, existen algunas consideraciones a tener en cuenta. Entre ellas destacan la imposibilidad de entrar con móvil, no hay acceso a Internet global y si sois periodistas, mejor no decirlo por si acaso. Al llegar al país, del que sólo se visita la capital y la zona desmilitarizada, agentes del gobierno esperan a los turistas para que no se desvíen de lo estrictamente programado.

Otro de los aspectos peculiares de este país es la ausencia de publicidad. Vayas por donde vayas no verás ningún anuncio, sólo propaganda del gobierno fomentando el comunismo o el empleo. Tampoco es de extrañar que sea el penúltimo país del mundo en libertad de prensa, tan sólo superado por Eritrea.

El canal de noticias ruso RT publicó hace algún tiempo un documental muy interesante sobre la vida en Corea del Norte. Aquí podéis verlo, aunque está en inglés.

Fuentes: Mundo-Nómada, Lonely Planet y BBC

El archipiélago de la discordia

¿Por qué tanto ajetreo por la visita de Dmitri Medvedev, el presidente ruso, a las islas Kuriles? ¿Qué se esconde detrás de tantos cruces de palabras y amenazas?.

Las Kuriles no son unas islas cualquiera, Japón y Rusia llevan luchando por ellas desde el siglo XVIII, cuando empezaron a ser colonizadas. Aunque técnicamente se podría decir que pertenecían a Rusia, lo cierto es que en los Kuriles del Sur se notaba mucho la influencia japonesa, tanto es así que Rusia construyó una fortificación en 1795 para evitar el avance de los nipones.

Mapa de las Kuriles // Fuente The Pacific Marine Environmental Laboratory (PMEL)

Viendo como estaba la situación, en 1855 ambos firmaron un tratado bilateral para garantizar la paz y la amistad y la delimitación de fronteras, que se situó en los Kuriles del sur.

En 1875, se firmó otro acuerdo en el que Rusia cedía a Japón 18 islas Kuriles y este a cambio aceptaba el dominio ruso en la isla de Sajalín.

Se abrió un período muy tranquilo que duró hasta 1945. Japón, que había luchado en la II Guerra Mundial contra los aliados y vencedores de la contienda, firmó el Acta de Capitulación y aprobó las condiciones de la Declaración de Potsdam que limitaban su soberanía a unas islas menores de la Kuriles.

He aquí el quid de la cuestión. Lo que reclama Japón son cuatro islas de Kuriles de Sur (Iturup,  Kunashir, Shikotan y Habomai), las que visitó Medvedev, alegando al tratado de 1855. Sin embargo, Rusia no está de acuerdo, ya que según ella fueron traspasadas a la Unión Soviética mediante los acuerdos que se firmaron al terminar la II Guerra Mundial y, por lo tanto, son rusas actualmente, por ser Rusia la heredera natural de la URSS.

Este conflicto no tiene visos de acabarse. Desde 1945 hasta hoy se han utilizado muchas fórmulas y todas han fracasado, a la vista está por las últimas noticias.

¿Cómo son las Kuriles?

Son islas volcánicas que se encuentran entre la península de Kamchatk, perteneciente a Rusia y la isla de Hokkaido, de Japón, que además, separan el mar de Ojostk del Pacífico. Como son islas, su industria pesquera es muy importante y se abastecen de calamares, cangrejos y otros crustáceos. Pese a todo, el nivel de vida de la isla es muy precario aunque se han prometido planes para su desarrollo.

Bahía de Krabovaya//Fuente RiaNovosti

Más información en la Agencia de Información de Rusia Ria Novosti, que tiene una galería de fotos de las islas Kuriles.